En SŌRŌ creemos que la nutrición funcional es el puente entre lo que somos hoy y lo que queremos seguir siendo con el paso del tiempo. Por eso hablamos de la proteína de arveja en polvo como un superalimento: no solo por su valor nutricional, sino porque está respaldada por evidencia científica que demuestra su impacto positivo en la fuerza, la energía y la salud integral a lo largo de los años.
La proteína de arveja se considera una fuente completa de aminoácidos esenciales, con una digestibilidad superior al 90%. Esto la hace eficaz para mantener y recuperar la masa muscular, algo esencial tanto para personas activas como para quienes desean conservar vitalidad y movilidad con el tiempo. En un estudio clínico publicado en el Journal of the International Society of Sports Nutrition, las personas que consumieron proteína de arveja junto con entrenamiento de resistencia experimentaron un aumento de grosor muscular similar al de quienes tomaron proteína whey, superando ampliamente al grupo placebo.
Otro estudio reciente, realizado con personas mayores de 72 años, mostró que la proteína de arveja —consumida por encima de la ingesta diaria recomendada— incrementó la síntesis de proteínas musculares de forma comparable a la proteína de suero. Este hallazgo es relevante para la longevidad, porque demuestra que las proteínas vegetales bien formuladas pueden ayudar a contrarrestar la pérdida de masa muscular y la disminución de fuerza asociadas al envejecimiento.
Pero su poder va más allá del músculo. La proteína de arveja contribuye a la salud cardiovascular al ayudar a reducir el colesterol LDL (“malo”) y los triglicéridos, y puede disminuir la presión arterial, como lo demostró un estudio canadiense en el que los participantes redujeron su presión sistólica tras consumir hidrolizado de proteína de arveja. Además, se ha observado que su consumo previo a las comidas puede moderar la respuesta glucémica y favorecer el control metabólico.
A diferencia de las proteínas animales, la proteína de arveja es ligera para la digestión y libre de lactosa, gluten y alérgenos comunes. Esto la convierte en una fuente más amable para quienes presentan sensibilidades digestivas o buscan opciones de nutrición limpia y sostenible. Su impacto ambiental también es notablemente menor: requiere menos agua y genera menos emisiones de carbono que las proteínas derivadas de la leche o la carne.
Llamamos a la proteína de arveja un superalimento porque es mucho más que una fuente de proteína. Es un ingrediente que acompaña los procesos naturales del cuerpo, fortalece la estructura muscular, apoya la función metabólica y protege el corazón. Su consumo constante es una forma de construir longevidad activa: esa combinación de fuerza, claridad y equilibrio que define nuestra filosofía en SŌRŌ.
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